< ¿Cómo es nacer? >
...preguntó Ramar, imaginándose que eso era una fabulosa aventura y pensando que ya estaba preparado.
Lydia trató de no sonreír al hablar porque sabía que esa pregunta exigía una respuesta seria.
-Lo que ocurre -le dijo-, es que cuando estás preparado para nacer, te encoges hasta convertirte en un puntito de luz, más pequeño que la cabeza de un alfiler. Entonces te concentras en la Tierra y en las personas que viven ahí, y antes de darte cuenta te encuentras entre ellas. Flotas por allí, flotas por aquí, en busca de la persona que quieres ser.
Ramar la estaba escuchando con muchísima atención.
-¿Y cómo voy a saber cuando encuentre a esa persona? -preguntó.
-Lo vas a saber -dijo Lydia-. Vas a encontrar a un bebé recién nacido, de menos de un instante de edad, y vas a saber que él o ella está destinado a ser tú. Es un momento maravilloso, te lo prometo.
Por la expresión de la cara de Lydia, Ramar pensó que nacer tenía que ser una experiencia muy hermosa y deseó más que nunca participar de ella.
-¿Qué ocurre después?
-Bueno, cuando encuentras al bebé que eres tú -continuó Lydia-, le tocas la cabeza hasta encontrar un lugar diminuto que aún no está totalmente formado y entras por ahí. Entonces, desde ese momento en adelante, le das vida al bebé. Te conviertes en todo su ser, en su corazón y su mente, en sus pensamientos y sentimientos.
-¿Me quedo con el bebé?
-Durante toda su vida -contestó Lydia-. Todo lo larga o corta que pueda ser su vida. A veces vives hasta una edad muy avanzada, y a veces sólo un momentito. Depende de lo que necesites experimentar o a quien hayas venido a ayudar.
-¿Qué ocurre cuando se acaba mi vida?
-Vuelves aquí, al Mundo Intermedio. Dejas el cuerpo de la misma manera que entraste y vuelves a nosotros como la luz que eras antes. Una vez aquí, descansas durante un tiempo y piensas en las cosas que aprendiste en esa vida. Después, cuando estás preparado, puedes elegir volver otra vez si quieres y vivir como otra persona. De esa manera continúas aprendiendo más y más, y tu espíritu se hace más brillante y más realizado.
RAMAR, el conejo con alas de arcoiris. Darrell T. Hare
Lydia trató de no sonreír al hablar porque sabía que esa pregunta exigía una respuesta seria.
-Lo que ocurre -le dijo-, es que cuando estás preparado para nacer, te encoges hasta convertirte en un puntito de luz, más pequeño que la cabeza de un alfiler. Entonces te concentras en la Tierra y en las personas que viven ahí, y antes de darte cuenta te encuentras entre ellas. Flotas por allí, flotas por aquí, en busca de la persona que quieres ser.
Ramar la estaba escuchando con muchísima atención.
-¿Y cómo voy a saber cuando encuentre a esa persona? -preguntó.
-Lo vas a saber -dijo Lydia-. Vas a encontrar a un bebé recién nacido, de menos de un instante de edad, y vas a saber que él o ella está destinado a ser tú. Es un momento maravilloso, te lo prometo.
Por la expresión de la cara de Lydia, Ramar pensó que nacer tenía que ser una experiencia muy hermosa y deseó más que nunca participar de ella.
-¿Qué ocurre después?
-Bueno, cuando encuentras al bebé que eres tú -continuó Lydia-, le tocas la cabeza hasta encontrar un lugar diminuto que aún no está totalmente formado y entras por ahí. Entonces, desde ese momento en adelante, le das vida al bebé. Te conviertes en todo su ser, en su corazón y su mente, en sus pensamientos y sentimientos.
-¿Me quedo con el bebé?
-Durante toda su vida -contestó Lydia-. Todo lo larga o corta que pueda ser su vida. A veces vives hasta una edad muy avanzada, y a veces sólo un momentito. Depende de lo que necesites experimentar o a quien hayas venido a ayudar.
-¿Qué ocurre cuando se acaba mi vida?
-Vuelves aquí, al Mundo Intermedio. Dejas el cuerpo de la misma manera que entraste y vuelves a nosotros como la luz que eras antes. Una vez aquí, descansas durante un tiempo y piensas en las cosas que aprendiste en esa vida. Después, cuando estás preparado, puedes elegir volver otra vez si quieres y vivir como otra persona. De esa manera continúas aprendiendo más y más, y tu espíritu se hace más brillante y más realizado.
RAMAR, el conejo con alas de arcoiris. Darrell T. Hare
6 comentarios
Yarol -
Ramar abandonó y el calor y afecto del mundo intermedio.
Es el mejor libro que me han regalo, me enseño las verdades olvidadas de la vida.
carmen -
Marta -
Es una historia muy amena, contada de un padre a sus hijas, y realmente enternecedora.
* SaRa * -
covi -
BESUKOS!
yka -