< Juegos de mesa >
Hoy inauguro esta nueva seccion. Resulta que mi hermano tiene un libro de mas de 400 paginas, con un monton de monologos del Club de la Comedia, el que para mi es el mejor programa de humor inteligente de nuestros tiempos. En algunos de estos monologos la gracia esta en verlos escenificados. Pero bueno, en general me han gustado mucho y he pensado ir poniendo aqui los que para mi han sido los mejores, para quien quiera entretenerse un rato. Ahi va el primero:
Yo soy un reconocidísimo experto a nivel mundial en un tema que a nadie le importa un carallo: los juegos de mesa.
Y así nos va. Que estamos a punto de terminar una partida de la oca y no sabemos qué hay que hacer. Es como aparcar un coche, la gran duda es: ¿se llega y ya está? O hay que rebotar y rebotar hasta entrar justo, ¿eh? No lo saben, ¿verdad? Pues hay una frase que resume las reglas de todos los juegos del mundo: "No, es que en mi casa jugamos así".
Dicho eso, dicho todo. Ya te puede pillar la poli jugando al tres en raya con cocaína. Tú los miras así, con las pupilas dilatadas, y dices:
- No, es que en mi casa jugamos así.
Eso es porque las reglas de la oca no están escritas en ningún sitio, se transmiten oralmente... como el herpes.
Sí, son como leyendas: "Y dice el cantar: de puente a puente y tiro porque me lleva la corriente". Pero, claro, luego en cada casa el cantar es distinto.
Tú estás en casa de tu amigo, caes en una oca y te crees que "de oca a oca, y tiras porque te toca". Y te suelta:
- De eso nada: "De pato a pato, tiro yo... y tú te esperas un rato". No, es que en mi casa jugamos así...
Y en lugar de poner las reglas por detrás del tablero, le ponen un parchis. ¡Yo es que me indigno!
Porque hay juegos que son muy peligrosos: los hay que no se acaban nunca. ¿Conocen a alguien que haya acabado una partida de Monopoli?
Es imposible. De hecho, al borde de la caja pone: "Edad aconsejable: de 9 a 99 años". ¡Pues claro, para que te dé tiempo a terminar la partida!
Otra cosa que viene escrita en la caja es el contenido del juego. "Esta caja contiene: un dado, cuatro fichas y un tablero". Y yo me pregunto: ¿para qué lo ponen? ¡Si sólo es cierto el primer día! A la semana el letrero es más bien: "Esta caja contiene: un zapato de Airgam-boys y un botón que hace de ficha verde. El dado, cogedlo del parchís".
Y aquí se planta otra de las dudas: ¿Por qué desaparecen los dados? ¿Dónde se meten? Son como Dios, o como las tijeras de cocina. Dicen que existen pero nunca están donde se les necesita.
Y luego, sin embargo, hay piezas que no las necesitamos para nada y que siempre están ahí. Por ejemplo: los ochos y los nueves de la baraja. ¿Por qué se empeñan en fabricarlos? Si son supermolestos. Es como si yo ahora me empeñase en fabricar chicles con hueso... O con dos huesos...
Sin embargo, tiramos cosas tan importantes como esa carta blanca con letritas negras. Claro, tiramos esa carta y luego hay cosas de la baraja que no entendemos. Porque, vamos a ver: un caballo es un caballo, un rey es un rey. Lo hemos visto en la Zarzuela, o en cualquier otro hipódromo, pero ¿qué coño es una sota? ¿Se han extinguido ya? ¿Existió un tiempo en el que vivíamos gobernados por sotas?
Por eso existe la tradición de que cuando se abre una baraja, lo primero que se hace es quitar las sotas y sustituirlas por lonchas de mortadela... ¿Cómo que no? ¡Pues en mi casa jugamos así!
Yo soy un reconocidísimo experto a nivel mundial en un tema que a nadie le importa un carallo: los juegos de mesa.
Y así nos va. Que estamos a punto de terminar una partida de la oca y no sabemos qué hay que hacer. Es como aparcar un coche, la gran duda es: ¿se llega y ya está? O hay que rebotar y rebotar hasta entrar justo, ¿eh? No lo saben, ¿verdad? Pues hay una frase que resume las reglas de todos los juegos del mundo: "No, es que en mi casa jugamos así".
Dicho eso, dicho todo. Ya te puede pillar la poli jugando al tres en raya con cocaína. Tú los miras así, con las pupilas dilatadas, y dices:
- No, es que en mi casa jugamos así.
Eso es porque las reglas de la oca no están escritas en ningún sitio, se transmiten oralmente... como el herpes.
Sí, son como leyendas: "Y dice el cantar: de puente a puente y tiro porque me lleva la corriente". Pero, claro, luego en cada casa el cantar es distinto.
Tú estás en casa de tu amigo, caes en una oca y te crees que "de oca a oca, y tiras porque te toca". Y te suelta:
- De eso nada: "De pato a pato, tiro yo... y tú te esperas un rato". No, es que en mi casa jugamos así...
Y en lugar de poner las reglas por detrás del tablero, le ponen un parchis. ¡Yo es que me indigno!
Porque hay juegos que son muy peligrosos: los hay que no se acaban nunca. ¿Conocen a alguien que haya acabado una partida de Monopoli?
Es imposible. De hecho, al borde de la caja pone: "Edad aconsejable: de 9 a 99 años". ¡Pues claro, para que te dé tiempo a terminar la partida!
Otra cosa que viene escrita en la caja es el contenido del juego. "Esta caja contiene: un dado, cuatro fichas y un tablero". Y yo me pregunto: ¿para qué lo ponen? ¡Si sólo es cierto el primer día! A la semana el letrero es más bien: "Esta caja contiene: un zapato de Airgam-boys y un botón que hace de ficha verde. El dado, cogedlo del parchís".
Y aquí se planta otra de las dudas: ¿Por qué desaparecen los dados? ¿Dónde se meten? Son como Dios, o como las tijeras de cocina. Dicen que existen pero nunca están donde se les necesita.
Y luego, sin embargo, hay piezas que no las necesitamos para nada y que siempre están ahí. Por ejemplo: los ochos y los nueves de la baraja. ¿Por qué se empeñan en fabricarlos? Si son supermolestos. Es como si yo ahora me empeñase en fabricar chicles con hueso... O con dos huesos...
Sin embargo, tiramos cosas tan importantes como esa carta blanca con letritas negras. Claro, tiramos esa carta y luego hay cosas de la baraja que no entendemos. Porque, vamos a ver: un caballo es un caballo, un rey es un rey. Lo hemos visto en la Zarzuela, o en cualquier otro hipódromo, pero ¿qué coño es una sota? ¿Se han extinguido ya? ¿Existió un tiempo en el que vivíamos gobernados por sotas?
Por eso existe la tradición de que cuando se abre una baraja, lo primero que se hace es quitar las sotas y sustituirlas por lonchas de mortadela... ¿Cómo que no? ¡Pues en mi casa jugamos así!
3 comentarios
* SaRa * -
ire poniendo los que mas me gusten, siempre que no sean muy largos
Susana -
Susana -
Espero que nos escribas los 400 ¿eh?. Porfa...